Familias Misioneras de Capital y Pilar: “Cada uno pudo dar lo que mejor le salía”

Familia Misionera Buenos Aires visitó el pueblo Gobernador Castro para vivir y proclamar el Triduo Pascual bajo el lema “Jesús me llama por mi nombre y respondo con alegría”. Ramiro y Marina Romero Victorica, junto a sus cuatro hijos, participaron por primera vez en este apostolado de Semana Santa. Aquí su testimonio.


El pueblo de Gobernador Castro respondió con mucha amabilidad y acogida. Por las tardes, la parroquia se llenó de vida con actividades, juegos y ratos de oración.  También los adultos se juntaron a conversar, y cómo no, con un mate en la mano, que hacía más fraterno el encuentro.  Todos salieron beneficiados; misionados y misioneros, en una experiencia profunda de compartir la fe y la alegría de la Pascua. Compartimos el testimonio de algunas de las familias que misionaron por primera vez.

Ramiro y Marina Romero Victorica, familia Oakhill Pilar:” Todos pudieron canalizar su encuentro con Jesús, en su Pasión, desde donde más les gustaba y eso nos ayudó a vivir mejor la Semana Santa”

Hace muchos años que teníamos ganas de vivir mejor la Semana Santa en familia. Este año, que había seis días feriados, buscamos especialmente que por lo menos una parte de ellos se conectara con Jesús, con el que no tiene las mismas posibilidades materiales que nuestros hijos, con incomodarnos un poco y no tener todo ya y ahora. Quisimos darnos tiempo de mirar la cruz, sin teléfonos, sin mil actividades, solo estar ahí para eso, con los chicos. Así que, a través de contactos entre familias amigas, pudimos ser parte de Familia Misionera los seis: Guadalupe de 3, Jacinto de 5, Clari de 9 y Ramón de 11.

Los niños no solo se divirtieron mucho porque estaba lleno de chicos de su edad, sino que también se encontraron con otras realidades en donde pudieron aportar algo: una estampita, una charla, una oración. Todo eso cruzado por todos los eventos religiosos de la Semana Santa, en equipo. Es difícil a veces ir a misa con los cuatro (por no decir siempre) y cómo cuesta explicar algunas cosas y pedirles que estén callados, pero acá, cada uno pudo dar lo que mejor le salía…algunos corrían para entrar a las casas y charlar con desconocidos que necesitaban contención, otros se sentaban a mirar la adoración con asombro, otros ayudaban con lo que hacía falta sacar, poner y armar y otros cantaron o actuaron en el Vía Crucis. Todos pudieron canalizar su encuentro con Jesús, en su Pasión, desde donde más les gustaba y eso nos ayudó a vivir mejor la Semana Santa. Volvimos agotados, no voy a mentir, ¡pero muy contentos!

Gisela Gastea, mamá Oakhill Capital: “Es muy especial lo que se vivió, ya espero la próxima misión”

Gisela fue a Familia Misionera junto a su marido José y sus dos hijos de cuatro y un año. «Se llena mi alma de felicidad cada vez que recuerdo lo compartido en la misión realizada en Gobernador Castro. Saber que llevamos a esas personas, de manera sencilla y con mucha entrega, la alegría de compartir el amor que Dios nos tiene, de hacerles saber que está para nosotros y que no estamos solos. Me llevé de cada uno de los misioneros una mirada de paz y tranquilidad, sonrisas y más. Y me quedo con esta frase tan real, » el que quiere saber vivir, que viva para servir». Es muy especial lo que se vivió, ya espero la próxima misión.