Elena cumplió hace poco su aniversario de plata como consagrada del Regnum Christi. Oriunda de Madrid, España, y tercera de cuatro hermanos, a Elena le atrajo del RC que le enseñaran a poner sus capacidades al servicio de los otros.
¿Cómo conociste el Regnum Christi?
Lo conocí a través de mi hermana mayor que empezó a participar en un apostolado con gitanos en una de las zonas más pobres de Madrid. Empecé a ir con mis amigas todos los martes por la tarde.
¿Qué te enamoró del RC que te llevó a elegir una vida de consagrada bajo su carisma?
Lo que más me llamo la atención, al principio, fue que me enseñaron a poner mis capacidades al servicio de los demás. El apostolado le dio un nuevo sentido a mi vida. Después me encantó y me atrajo muchísimo la forma en que me acercaron al Evangelio y a Jesucristo.
¿Cómo fue ese llamado de Dios?
Una sorpresa absoluta que estaba fuera de mis planes. Pero ya cuando lo sentí, estaba fascinada con Cristo, así que no me costó nada decirle que sí en ese momento. Recuerdo haberle dicho «contigo, a dónde sea».
¿Cuál crees, desde tu experiencia, que es rol de un consagrada RC en la sociedad actual?
Más que un rol, creo que la misión de una consagrada es ser un testigo alegre y sincero de una vida con Cristo. Lo mejor que me ha pasado en la vida es conocerlo. ¡Que se note! Y se haga atractivo para otros como lo fue para mí.
¿Cómo han sido estos 25 años como consagrada RC?
Un regalazo. Inesperado. Una vida con sentido. Una sorpresa y una aventura, dónde no tienes el control, pero el que maneja la barca sabe muy bien a dónde te lleva. No puedo estar más agradecida con Él. Le volvería a decir sí una y mil veces.