Chicos de tercer año de secundaria misionan bajo el lema “Vos sos amado”: “Llegué a casa cansado de sonreír y eso me pareció tremendo”

El fin de semana del 1 al 3 de julio los alumnos del colegio Oakhill Pilar visitaron los barrios de Torres y Raffo, en donde vivieron su primera misión. Fueron acompañados por jóvenes de 5to y 6to año. Aquí algunos testimonios de esta experiencia.

115 chicos se trasladaron hasta los barrios de Torres y Raffo a comienzo de julio. Se trató de la primera misión que tuvieron los alumnos de tercer año de secundaria del colegio Oakhill Pilar, quienes fueron acompañados, por jóvenes de 5to y 6to año. “Cada uno entregó su 100% para llevar todo eso que tenía para dar”, comenta Catalina Besio, una de las jefas.

Dicha misión fue planificada para que los chicos, de tercer año, tengan una experiencia tanto dentro de la escuela, al conocer y compartir con generaciones mayores, como fuera de ella, al abrir sus corazones a las personas que viven en el pueblo de Torres. A los vecinos les entregaron un mensaje del amor de Dios, “que estos chicos tienen tan vivo”, señala Catalina.

A lo largo de estos tres días, los alumnos realizaron diferentes actividades en torno al lema de la misión, “VOS SOS AMADO”. “Fue pensado para que los de tercero exploten ese poder que tienen dentro que quizás aún no lo habían descubierto, al estar en plena etapa de cambios por su adolescencia”, afirma Catalina.

Con la gran ayuda de los coordinadores y, todo el equipo que estuvo a cargo de esta misión, los chicos se preparaban al interior de su comunidad con adoraciones, la lectura del Evangelio, desiertos, relojes y compartidas con su camada, para luego vivirlo después con los vecinos del pueblo. “Junto con los visiteos y las actividades, a fin del día, en la plaza, los chicos compartieron con el pueblo un gran fin de semana en el cual no pararon de pensar en el otro. Una experiencia increíble, llena de amor y energía, donde lo dieron todo y se llevaron el doble”, concluye Catalina.

Otros testimonios

Francisco Bottcher, 14 años, participante y alumno del Oakhill
Me quedé con la alegría que había entre todos nosotros, la que transmitíamos a la gente del pueblo. Llegué a casa cansado de sonreír y eso me pareció tremendo.

Otra cosa que me quedó es cómo le podés cambiar el día o la vida a alguien solamente escuchándolo y conversando con él. También, cómo en la misión estás totalmente entregado a Dios compartiendo Su palabra en cada chico, madre y persona.

Obviamente se lo recomendaría a un amigo ya que me parece una experiencia tremenda para estar con gente que por ahí ni conocías o ni hablaste y también para poder conocer y mejorar tu relación con Dios.

Emilia Marengo, 16 años, coordinadora y alumna del Oakhill
Una misión distinta, pero increíble, con su fuego único. Empezamos todos en un colectivo dejando nuestras casas, amigos, deportes y casi sin conocernos entre nosotros. En ese colectivo a la ida no se imaginan la cantidad de dudas y miedos que tenía. ¿Seré una buena coordinadora? ¿Voy a poder hablar primera cuando tengamos que misionar? ¿Les va a llegar algo a los chicos de esta misión? Y un millón más.

Desde el primer día todos estuvieron muy dispuestos a participar en las charlas, juegos, mateadas, lo que sea. En el momento de reflexión todos se lo podían tomar enserio y en las actividades o juegos, puerta adentro, ninguno se quedó atrás. Ya desde el minuto cero se sentía la energía y la felicidad que nos brindaban las misiones.

Si tengo que destacar algo, es la adoración del sábado a la noche, en donde los chicos recibían un sobre con la imagen de Jesús adentro y tenían que escribirla o arraigarla cuando escuchaban algo que los describía. Todo lo que se decía eran cosas negativas o actitudes que hacemos que nos ponemos a nosotros primeros, antes que al que tenemos al lado. Y cuando abrían el sobre se encontraban con Jesús. Es una actividad que sea la edad que tengas siempre en algún aspecto te va a tocar y vas a quedar pensando en lo amado que sos. “Vos sos amado.” Gran lema.

Si soy alta, petiza, alegre o tímida, Dios nos creó y pensó cada una de nuestras virtudes y defectos porque es lo que nos hace ser únicos. Es increíble porque si nos ponemos a pensar un segundo, el mismo que movió las montañas y las estrellas, me pensó a mí.

Apenas volví de la misión me preguntaron qué era amar para mí. Y yo creo que es poder demostrar afecto hacia otra persona, pero incluyendo virtudes y defectos. Amar es ver a través de los ojos de Jesús. Igual que la actividad del mendigo, no por la apariencia sino por el valor de esa persona. 

Por otro lado, lo que fueron los visiteos y actividades de la tarde: salíamos a misionar con una cara a las 10am y volvíamos con una sonrisa pintada y llenos de anécdotas para contar. Era increíble frenar en la plaza y ver lo que estaba pasando. Casi 60 chicos dando vueltas con remeras blancas y gente del barrio de un lado al otro hablando, cantando, pintando o lo que sea. Todos conocimos a una persona nueva que nos llegó al corazón y que no nos vamos a olvidar nunca.

Literal, llegué a casa llorando de la emoción y de verlos a cada uno de los chicos tan felices. En la Misa de cierre no podía creer todo lo que habíamos hecho en esos tres días. Caras, que me cruzaba todos los días en el colegio, y que nunca les había hablado, hoy les puedo decir que dejaron y van a seguir dejando siempre una huella en mí.

Terminó la misión y esto fue lo primero que les mande a los chicos: “nunca duden de la persona que son porque todos tienen muchísimo para dar y ofrecer. Y acuérdense que esto no terminó acá, sino que sigue en nuestro día a día, con mi familia, amigos, en el colegio. Fue increíble lo que vivimos este finde y les agradezco muchísimo la voluntad de cada uno.” Estaba tan contenta y con un fuego tan grande que escribía y no sabía ni de dónde me salían las palabras.

Hoy 30 de agosto, y así desde la misión, entrás a la capilla y está explotada. Ves las caras de los chicos y de los coordinadores también y cuando salís los chicos te preguntan por qué no pueden misionar en octubre. Esto es lo mejor de la misión. Ver que en Torres dejamos una marca y que todos seguimos misionando en nuestro metro cuadrado.

¿Se lo recomiendo a algún amigo? Obvio que sí y espero que todos alguna vez tengan esta experiencia en sus vidas. Te encontrás con una versión de vos mismo que estoy muy segura de que nunca experimentaste, cómo coordinador al igual que coordinado. Te encontrás con un servicio inexplicable y una alegría que nadie te la saca. Y te das cuenta de qué sos más que suficiente para hacer sonreír a alguien o poder sentarte a escuchar a una persona que lo necesitaba. Te das cuenta de que Él mismo te eligió a vos y te vuelve a llamar todos los días.